miércoles, 29 de mayo de 2013

Pink Yarrow (Milenrama Rosada)


Pink Yarrow (Milenrama Rosada)
Esta esencia trabaja sobre la permeabilidad a nivel de las emociones provenientes del otro. Aporta grandes dosis de objetividad. La compasión verdadera puede entonces provenir del corazón, sin que al mismo tiempo la persona tenga que aceptar como suyos los sentimientos de otra persona. Ayuda a encontrar la paz en un centro interior y a mantenerse inalterable ante los estados de ánimo y los sentimientos externos, a que el "yo" no sangre demasiado, protegiéndolo de los impactos negativos.
Cuando nos es difícil distinguir los estados de ánimo propios frente a los que reinan en el entorno, podemos tener dificultades para protegernos emocionalmente y caer en la noria de percibir tan intensamente los estados de ánimo y los sentimientos de los demás que acabamos asumiéndolos como propios. Nos dejamos envolver por problemas emocionales que no son nuestros, conectando excesivamente con el dolor del otro, llegando incluso a poder somatizar su somatización.
Personas muy vulnerables, absorben las dificultades o las características del otro, identificándose o simbiotizándose, es decir, si el otro se molesta por algo, también se enojan sin saber muy bien por qué. Les cuesta relacionarse en forma grupal, ya que cuando lo hacen, al ser tan hipersensibles, emotivas e influenciables, tienden a sentirse incomodas sin saber identificar el motivo. Tienden a compadecerse de los demás a costa de sus propias renuncias. Cuando los lazos que los unen a otras personas son muy fuertes se confunden o fusionan con las emociones que no les pertenecen, perdiendo incluso la propia personalidad, no logran diferenciar suficientemente quién siente qué. Pueden, incluso, mimetizar gestos o formas de hablar de las otras personas. En el caso de ruptura emocional, separación  o muerte de la pareja pueden quedarse disfuncionalmente perdidas sin identificar lo que pertenecer a si mismas o a los demás.
Muy recomendable en niños esponja que se empapan del estado de ánimo que domina a la familia, en el jardín de infancia o la escuela, haciéndoles sufrir y tener un comportamiento anómalo.
También en las situaciones puntuales en las que hay un cambio radical en la vida que puedan hacer aparecer estos desequilibrios emocionales al dejarse influenciar por los demás (adolescencia, embarazo, mudanza...).
Muy buena para terapeutas, médicos, profesores o cualquier persona que por su trabajo deba relacionarse con otras personas, y a los que les cuesta poner una pantalla emocional entre ellos y los demás y acaban por implicarse emocionalmente.
Situaciones de estrés y personalidades paranoides.
A nivel físico, menstruaciones muy abundantes, disminuye la pérdida. A nivel simbólico actúa para que el "yo" no sangre demasiado, protegiendo de los impactos negativos.
Con esta esencia se logra encontrar la distancia óptima entre uno mismo y los demás, ayudando a discernir qué sentimientos pertenecen a cada cual. Protege y ayuda a poner límites de donde estás tú y de donde estoy yo, sin implicación, siendo permeable a la emoción, estableciendo relaciones fundamentadas en el entender el dolor ajeno sin quedarse atrapado en las emociones. Empatizar sin inmiscuirse emocionalmente.
Las tres milenrama  (Blanca, campo etérico. Rosada, campo emocional. Dorada, campo mental) funcionan muy bien como fórmula en estados puntuales donde se necesita una máxima protección a todos los niveles.
La Naturaleza puso en nuestros campos la rosada energía de esta flor para inundar nuestros corazones de amor, ese amor tan necesario para poder relacionarnos con los demás, comprenderlos y ayudarlos desde la plena conciencia de quien es cada cual, sus motivaciones y sus aprendizajes, con la sabiduría de que cada uno tiene un camino a seguir y que tan solo somos caminantes en un mismo sendero dándonos la mano cuando la necesitamos, pero sin quedarnos atrapados en las experiencias del otro. Porque cuando nos quedamos enganchados a la energía que no nos pertenece, ni podemos ayudar ni dejamos avanzar, y lo que es más perjudicial, tampoco avanzamos nosotros porque nos quedamos viviendo las emociones y las experiencias que pertenecen a otros sin vivir las propias.
Pink Yarrow nos proporciona la sabia vibración de poder discernir entre lo que nos ha de mover en nuestro andar por la vida y lo que forma parte del caminar del otro, comprendiendo y empatizando, consolando y ayudando, pero desde la distancia prudencial que nos permite no quedar absorbidos por el campo energético y emocional de las personas que nos rodean.
Esta mágica esencia que salpica nuestros campos nos enseña que el amor verdadero es aquel que fluye sin ataduras, sin quedarse atrapado, en libertad, que se filtra en los corazones de todos los que interactúan pero permitiendo que el cada alma siga su propio sendero.




miércoles, 8 de mayo de 2013

Los principios de la Técnica Metamórfica

Si nos detenemos un momento a echar un vistazo a nuestros pies, físicamente resultan curiosos: frágiles, delicadas estructuras que soportan nuestro peso, llevándonos y desplazándonos durante toda nuestra vida. A menudo sentimos nuestros pies por separado, sin relación con el resto del cuerpo, y rara vez les prestamos atención. Y sin embargo estamos de pie, andamos, corremos y nos movemos con ellos cada día de nuestra vida, son parte de nuestro centro locomotor que se extiende desde la región pélvica.
De la pelvis a los pies, pasando por los muslos, rodillas, pantorrillas y tobillos se refleja nuestra capacidad de cambiar, tanto física como psicológicamente. Físicamente la pelvis es la zona de nuestro nacimiento, a través de ella se trae una nueva vida a la existencia. Psicológicamente podemos considerarla como la zona en la que podemos traernos a nosotros mismos a la vida, abandonar viejos esquemas y procesos para pasar a zonas nuevas.
Este movimiento de creación fluye hasta nuestros pies, que son nuestra más extensa expresión en el mundo. Cuando caminamos son los pies los primeros en avanzar. Los pies reflejan nuestro modo de estar en el mundo, nuestro equilibrio interno. Un pie pesado y rígido con frecuencia corresponde a una rigidez en la persona, una naturaleza estricta o inflexible. Pies débiles e inconsistentes pueden indicar una debilidad interna de la persona, timidez o quizá un estado de derrumbamiento. Pies que apuntan en sentidos opuestos indican que se trata de una persona que está confundida en cuanto a su dirección en la vida o que nunca está segura del sentido en el que avanzar. Los pies son nuestra base, los cimientos sobre los que nos equilibramos y desde donde alcanzamos algo más elevado, son nuestro lazo de unión con la tierra, nuestro puente entre las más altas esferas y el reino físico, mundano, de nuestro ser. Para nuestros impulsos espirituales o intelectuales debe haber un punto en el que se apoye nuestro más alto entendimiento de la vida, en el que se haga realidad. Los pies simbolizan este arraigo, el modo en que estamos de pie o que andamos, la manera que tenemos de equilibrarnos, indican nuestra posición ante el mundo, el camino que seguimos, la dirección en que avanzamos. Así, los pies, representan la totalidad de nuestro ser.
Siempre que hay enfermedad podemos encontrar una zona correspondiente en el pie en la que habrá dolor o material  de desecho en forma de diminutos cristales, equilibrando la energía podremos calmar el dolor. Durante el tratamiento de los pies, el paciente puede sentir un agudo dolor momentáneo al liberarse la energía, después sentirá relajación en todo el cuerpo. La energía que circula en nosotros, y hace de nuestro cuerpo una unidad viva, es la energía que mantienen nuestra salud. Cuando fluye libremente nos encontramos bien, estamos equilibrados, en armonía con el entorno físico, mental y emocional. La enfermedad, bajo cualquiera de sus formas, es un desequilibrio, una congestión de esa energía.
Los pies derecho e izquierdo reflejan los lados derecho e izquierdo del cuerpo  Los dedos de los pies reflejan la cabeza, el cerebro, los ojos, la nariz, la boca. Las plantas de los pies reflejan los órganos internos, la estructura ósea, el armazón del cuerpo. El talón la zona pélvica, incluidos los órganos de reproducción y eliminación. La columna vertebral está reflejada en el reborde huesudo de la cara interna de ambos pies, desde la primera articulación del pulgar hasta el hueso del talón. Las esquinas superiores de las uñas de los dedos gordos reflejan la glándula pineal y las esquinas inferiores la glándula pituitaria. La línea que cruza la parte superior del pie por debajo de la parte interna del tobillo indica la cintura pélvica.
Es interesante observar que se han realizado muchos mapas diferentes mostrando los diversos puntos reflejos en lugares del pie ligeramente distintos, pero los tratamientos parecen ser efectivos cualquiera que sea el esquema utilizado. De ello se puede concluir que la mayor parte de la curación reside en la descarga, es decir, que es más la estimulación de la energía que la de un punto específico la que ayuda a activar el poder de curación. Muchas de las indisposiciones observadas en el cuerpo, y reflejadas en el pie, también están relacionadas con el correspondiente bloqueo en los reflejos de la columna vertebral, el masaje es tan efectivo cuando se trabaja solamente sobre los puntos reflejos de la columna como cuando se trabaja sobre todo el pie.
Dado que la columna es el principal soporte óseo del cuerpo, contiene el sistema nervioso central, y ya que no existe división entre el cuerpo y la mente se pueden observar los efectos psicológicos del tratamiento.
La zona del talón representa el principio de la madre, si existe bloqueos o desequilibrios en esta zona que reflejan la base de la columna vertebral, los órganos sexuales y el lugar del nacimiento, existen dificultades o bien con las relaciones entre el paciente y su madre, o el propio principio de la madre en el paciente: la capacidad de expresar cualidades para los cuidados, la alimentación y la receptividad, también pueden presentarse dificultades en arraigarse, en estar en contacto con la realidad, en tener los pies sobre la tierra.
La zona entorno a la articulación del pulgar corresponde a la parte superior del cuello, por donde salen los nervios del cerebro hacia la médula espinal, si hay bloqueos existe una correspondencia con dificultades psicológicas con el principio del padre. El padre externo o la figura de autoridad  o dificultades en la expresión de su propia autoridad o de sus cualidades de padre, de su derecho a ser uno mismo, o incluso su derecho a ser a secas.
Entre el principio del padre en el pulgar y el de la madre en el talón subyace el reflejo del mapa del tiempo de los nueve meses que pasamos en el útero. Los puntos reflejos en la columna vertebral son el soporte de una estructura temporal. Cuando trabajamos sobre estas zonas estamos actuando realmente sobre la estructura de tiempo durante la que se establecieron inicialmente todas nuestras características.
Consideramos este periodo prenatal, no como algo pasado, sino como parte integrante de nuestro presente. En ese sentido el tiempo es como un río que transcurre desde un lago hasta el mar, donde la humedad es absorbida por la atmósfera para volver nuevamente a la tierra y repetir el ciclo. Bajo una forma u otra los acontecimientos del pasado siguen viviendo en nosotros.
En reflexología se actúa sobre zonas específicas que corresponden a enfermedades del paciente con el propósito de aliviar esas enfermedades, mientras que en Metamórfica no se tienen en cuenta los síntomas de las enfermedades, sino que se actúa sobre el esquema prenatal, dado que esta zona representa el tiempo en el que nuestras debilidades y fortalezas se establecieron primitivamente. Con esta práctica los cambios se presentan por sí solos en los planos mental, emocional, y del comportamiento, tanto como en el nivel físico. El practicante se concentra sobre una estructura temporal, indicando a la fuerza de vida que fluya sobre ella.
¿Por qué no trabajar directamente sobre la columna vertebral en lugar de hacerlo sobre sus puntos reflejos en los pies? Actuando sobre la columna vertebral estamos provocando trasformaciones inmediatas, inponiéndoles una dirección con nuestra manipulación. Utilizando el sistema reflejo de la columna vertebral en los pies, como soporte de un periodo de tiempo, nos permite trabajar desde una posición de distanciamiento.
Dado que el periodo de gestación pertenece al pasado, Metamórfica se relaciona con este periodo de tiempo, ya que el tiempo no es lineal y los acontecimientos del pasado están todavía con nosotros. Al trabajar la estructura temporal, la fuerza de la vida del paciente puede alterar las características formadas en el pasado, que todavía están activas, creando así una mayor libertad interna. De ese modo la capacidad de autocuración del paciente se pone realmente en funcionamiento. 

   

martes, 7 de mayo de 2013

El comienzo del camino (Metamórfica)


Igual que el Universo está en continua expansión, nuestro camino en la tierra es un trayecto de expansión.

La primera célula crece hasta convertirse en un embrión que, a los cuatro meses, dirige su conciencia al exterior para descubrir algo distinto de sí mismo, explorando deliberadamente el medio del útero. Al nacer, emergemos al mundo y empezamos a aprender con los sentidos, las manos, los dedos de los pies. Luego empezamos a andar y este impulso nos vuelve capaces de alejarnos más de nuestros padres y así descubrir el mundo.

Al crecer y ser condicionados, debemos extendernos en conciencia para superar este condicionamiento. Extendemos nuestras fronteras, dejando el hogar, alcanzando comprensiones más profundas. Empezamos a explorar el universo con nuestra mente e intuición.

El comienzo del camino es la concepción, y su realización es la expresión en el más alto plano de existencia. Durante el viaje somos totalmente responsables de lo que somos y de aquello en lo que nos convertimos. Nuestra opción consiste en tomar o no esa responsabilidad y abrirnos al cambio, a la evolución.

Si hemos atraído a nosotros determinadas características ¿por qué queremos cambiarlas? Porque queremos ver el propósito que se esconde tras ellas. Tenemos la opción de perder lo que pensamos que somos y encontrarnos más allá de las influencias que nosotros mismos hemos creado. Tenemos elección entre limitarnos a nuestra visión de la vida o abrir nuevas vistas en nuestro interior para poder ver más lejos. 

Nada es permanente, nada está fijado, de modo que es cosa nuestra tomar la responsabilidad de nuestra propia evolución y comenzar a transcender nuestras limitaciones. Sin embargo en última instancia es la vida quien elige, y nosotros somos la vida.


¿Acaso no es un sueño que ninguno de nosotros recuerde
haber soñado, que ha construido su ciudad y
diseñado todo lo que se encuentra en ella?
...Y si pudierais oír el murmullo del sueño,
no escucharíais otro sonido.

(Kahlil Gibran)  

lunes, 6 de mayo de 2013

Catalizar, el poder de la transformación (Metamórfica)


La vida es el poder que cura, la utilización de este poder de autocuración se ha atrofiado con el tiempo. Ahora el hombre necesita un catalizador para entrar de nuevo en contacto con esta cualidad y volverla a despertar.

En Metamórfica los practicantes son catalizadores del mismo modo que lo es la tierra. Una semilla cae al suelo y la tierra y los elementos simplemente aflojan su estructura física: dentro de la semilla está contenido el poder que libera su potencial de crecimiento. El practicante, como la tierra, desata una estructura en el paciente, es un catalizador, pero no lo es con un propósito en particular. Se produce un encuentro entre la tierra y la semilla sin que ninguna de ambas partes exprese o imponga necesidades. El practicante y el paciente se encuentran en este trabajo y, de forma similar, no hay expectaciones ni imposiciones.

La vida empieza en la concepción cuando se forma la primera célula. Durante el periodo de gestación, los nueve meses transcurridos entre nuestra concepción y nuestro nacimiento, se establece nuestras estructuras físicas, mentales y emocionales. La vida después del nacimiento tiene sus raíces en nuestra vida antes de nacer y está influida por este periodo prenatal. Es esta estructura temporal la que debe ser liberada.

Durante esos nueve meses muchos factores diferentes influyen en nosotros: la manera de ser de nuestros padres, el mundo cultural y el entorno en el que vivimos, la etapa evolutiva alcanzada por el hombre, junto con influencias inmateriales y cósmicas. Somos, en esencia, la conciencia establecida durante la gestación como resultado de las influencias presentes en la concepción. Mientras la tierra trabaja sobre la estructura básica de las semillas, el practicante, como un catalizador, libera una estructura abstracta de tiempo, la del periodo de gestación. Esta estructura está reflejada en el cuerpo, particularmente en ciertas partes del pie, de las manos y de la cabeza. Masajeando ligeramente estas partes, este periodo formativo, esos nueve meses pueden ser reencontrados y liberados.

Los cambios se deben al propio poder de curarnos a nosotros mismos, de crearnos literalmente a nosotros mismos, por eso la actitud del practicante debe ser la de verse como un mero catalizador, sabedor de que la propia fuerza vital del paciente hará lo que resulte adecuado ya que nuestra fuerza vital trabaja con el propósito de realizar nuestro potencial de seres humanos. El poder actúa en el interior del paciente y puede idear varias circunstancias para alcanzar un estado de integridad y totalidad.

domingo, 5 de mayo de 2013

La propia vida es el gran curador (Metamórfica)

La vida es el factor que impregna todas las cosas, y sin embargo, está más allá de ellas. Es y actúa como un poder en la materia, llamamos fuerza vital a este poder.

La vida es creación, y de la creación nace el movimiento, ese movimiento es cambio, y es la fuerza vital quien alimenta este cambio a lo largo de los diversos ciclos de existencia. Nunca puede decirse de un estado que sea permanente, aunque sea muy despacio, siempre está llevándose a cabo un movimiento.

Podemos comparar la vida con el agua que puede tomar forma de hielo, de vapor, de río o de mar. A través de esas diversas formas hay una continuidad a muchos niveles diferentes.

En el río que corre cauce abajo, sin embargo, la corriente puede verse entorpecida por piedras o por rampas. Pero, por encima de las piedras estará siempre la realidad del río, el potencial de cambio bajo los obstáculos. Nuestro propio movimiento y nuestra capacidad de cambiar pueden ser obstaculizados, pero toda la fuerza de la vida está esperando entre bastidores, lista para conducirnos a un estado de mayor libertad.

En la Naturaleza, la bellota se transforma en roble, la oruga en mariposa. Nosotros mismos tenemos en nuestro interior el potencial para hacer mucho más y para convertirnos en mucho más de lo que ahora somos. Padecemos las limitaciones de la materia, pero tenemos la capacidad de experimentar la libertad dentro de las limitaciones. Esta capacidad es un atributo de la fuerza vital, gracias a ella puede producirse el cambio interior sin que intervenga, necesariamente, ninguna imposición o intervención externa.



Todas las personas
todos los sucesos de tu vida
están ahí porque tú los has atraído
lo que eliges hacer con ellos
es asunto tuyo.

(Richard Bach) 
Gracias mamá


No necesito que ningún día determinado del calendario me recuerde que estás ahí, que eres el principio de mi historia y que tú has forjado a la persona que soy en la actualidad.
Fuiste la jardinera que regó con amor mi semilla, la arquitecta que diseñó con esmero mis cimientos, el material que amalgamó los primeros ladrillos de mi vida, el pecho que me proporcionó alimento, el paño que secó mis lágrimas, los brazos que me mecieron, los labios que me besaron con más dulzura, las manos que borraron el dolor de las caídas, el aliento en mis primeros pasos, mi sana sana culito de rana, el cálido regazo que me acuno en mis miedos, el fuego que calentó mi alma cuando lo necesitaba, el abrazo que me consoló en el primer desamor, el sabio consejo en el momento oportuno, el tirón de orejas necesario, mi proveedora de recetas, mi maestra en tantas cosas...
En ti se encuentran las raíces que me atan a esta vida, ya que eres la depositaria de la historia de mi infancia. Quien, sino, podría explicarme aquella vez que me perdí apenas aprendidos a dar los primeros pasos en un despiste de mis hermanas, cuando destrocé con mis manitas docenas de huevos para saber que era aquello tan atractivo que no me dejabas tocar, cuando mordí todas las manzanas del cesto de la vecina mientras vosotras hablabais de vuestras cosas, cuando me despisté a la salida del cine y me quedé dormida esperándoos abrazada a un árbol mientras te volvías loca de desesperación buscándome, cuando gastaste toda la paga de una semana para comprarme leche en polvo, tan escasa de encontrar, porque ya no quería más teta, cuando me esperabas a la salida del cole para preparar los dulces de Navidad mientras me explicabas cosas de tu infancia, cuando... tantas historias, ciento de veces narradas, que nunca hubiera conocido si tú no hubieras estado ahí para contármelas.
Los años han pasado y ya no soy esa niña que te buscaba con la mirada llorosa cuando algo me asustaba, me encontraba perdida o me dolía la barriga, pero sigo necesitando tu reconocimiento, tus abrazos y tus besos.
Hace tiempo que yo también sé qué es ser madre, y ¡cómo te comprendo! el amor que se da a los hijos no tiene comparación, es desinteresado, no espera nada a cambio, un abrazo o una sonrisa nos llenan el corazón y olvidamos los sinsabores que nos pueda traer la vida. Cuando simplemente eres hija no entiendes la amplitud de la palabra "madre" pero cuando traspasas esa línea y la vida te obsequia con tus propios hijos, es cuando comprendes  las noches en vela, las preocupaciones, los miedos, las responsabilidades... y las alegrías, el orgullo, la ternura... que encierran estas cinco letras: "MADRE".       
Simplemente por haberme gestado y por haberme dado la vida  te doy las gracias. Gracias Mamá desde el fondo de mi corazón. Un beso y un abrazo de esos que solo tú sabes dar.

Te quiero mamá.

miércoles, 1 de mayo de 2013

La Técnica Metamórfica

Estamos naciendo  una nueva forma de vivir, ahora sabemos que podemos transformar el mundo del sufrimiento en un mundo de armonía.
El Amor es la energía integradora, es la mejor medicina, es la herramienta que necesitamos para sanarnos, y para que de forma simultanea se pueda sanar la Humanidad, porque somos UNO con TODO, y todos formamos parte de la UNIDAD. Somos una expresión del TODO y a la vez somos TODO.
De la misma forma nuestro cuerpo físico está interconectado al cuerpo mental, emocional y espiritual, y así mismo, dentro del físico, todos los órganos, células, átomos y espacios entre átomos están también en perfecta interconexión y armonía. Son el reflejo del orden y la armonía del Cosmos.
Para vivir en armonía y alcanzar nuestra meta, es necesario la autoconciencia, reconocernos en totalidad, aceptar todos nuestros aspectos, darnos cuenta que hemos creado, quizá de forma inconsciente, las situaciones que vivimos, incluso el sufrimiento y la enfermedad. Desde esta comprensión es cuando podemos empezar a transformar cualquier situación.
Ahora es el momento de ser conscientes y vivir en plenitud. Sabemos que nuestra meta es la fusión con el AMOR: MET...AMOR...FOSIS. Ya es posible la auténtica transformación, dejar de ser inconscientes para poder comprender nuestra auténtica esencia. Cuando reconocemos lo que somos, es cuando se produce la verdadera integración con la Unidad.
La Técnica Metamórfica nos ayuda a despertar nuestra energía vital, y a través de su experimentación descubrimos su maravilloso poder de transformación. Nos aporta la comprensión de que formamos parte de una unidad íntegra, que no tan solo somos un cuerpo físico, sino que somos seres holísticos formados por nuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.
La Técnica Metamórfica nos da la capacidad de comprender y superar cualquier situación, ayudándonos a liberar los bloqueos retenidos durante la gestación.
Al momento de la pre-concepción afluyen energías universales, genéticas y kármicas. Trabajar sobre el mapa prenatal nos ayuda a reconocer quienes somos y a desarrollar todo nuestro poder creador y de transformación.
Activando las zonas reflejas de la columna vertebral, que se encuentran en los pies, manos y cabeza, se reactiva el periodo prenatal y con él la información que contiene. A través de este trabajo, la fuerza vital de la persona se libera de bloqueos y, en consecuencia, reactiva los procesos curativos e integradores de la mente, cuerpo y espíritu.