Siempre que oigas a tu mente decir "no puedo" vuelve la mirada a tu interior, allá donde reside la fuerza de tu alma, y cuando te crezcas con la creencia de que todo es posible, la vida moverá los hilos necesarios para que los cambios se propicien en tu vida
A la mayoría de nosotros nos asustan los retos que día a día la vida nos propone para crecer y evolucionar. Y lo triste no es que nos asusten, porque somos humanos y el miedo es una de las emociones que más necesaria es y que más nos apoya, sin él nos arriesgaríamos muchas veces sin necesidad poniendo en peligro nuestra existencia en la tierra. El miedo nos hace ser prudentes y pensarnos las cosas dos veces antes de hacerlas. Pero cuando nos asustamos y nos quedamos paralizados por los retos necesarios para nuestra evolución, aquí es cuando tenemos un verdadero problema, porque todavía no hemos aprendido, que cuando se nos plantea uno, potencialmente en su interior se haya la solución. No es la enormidad o la pequeñez del reto que se nos plantea, sino la creencia de que no somos capaces, de que "no podemos" llevar adelante tamaña empresa.
La vida con su infinita sabiduría jamás nos planeará un reto que nosotros no podamos afrontar, será más o menos complicada nuestra implicación en él, pero si nos lo pone frente a nosotros como una lección de aprendizaje, es porque sabe que en nuestro interior están todas las herramientas para salir victoriosos. El escollo que nos encontramos en esta ecuación, somos nosotros mismos con nuestra mente manipuladora que arraigó en su día la creencias del "no puedo".
A nuestro ego no le gustan los cambios, no le gustan los retos, no quiere dejar en nuestras manos el poder que nos corresponde por nacimiento, aquel poder que nos proporciona el "YO SOY" que dimos desde el alma en el momento, que como seres de luz, decidimos encarnarnos en un cuerpo humano, y por lo tanto el "YO puedo". Y he aquí el quit de la cuestión: el mayor reto y más importante que nos plantea la vida diariamente no es el de escalar grandes montañas ni el de sumergirnos en las profundidades del mar, es el de escalar las limitaciones que nosotros mismos nos imponemos y bucear en las trasparentes y tranquilas aguas de nuestra alma.
Cuando aprendamos esta gran lección los "no puedo" desaparecerán de nuestra vida, transformándose en un "y por qué no" de nuestro corazón que sabe mejor que nadie lo que nuestra alma necesita para seguir su camino de ascensión, y la vida, con su enorme sabiduría, pondrá a nuestro alcance las piezas necesarias para que construyamos el puzzle de nuestra existencia.
La próxima vez que tu mente intente limitarte con un "no puedo", respira profundamente, conéctate con tu fuente interior de sabiduría, mira directamente a los ojos del reto que se te plantea y desde el corazón di "YO PUEDO" y los hilos de las "causalidades" se pondrán en movimiento para que consigas aquello que te propongas.