Honra tu cuerpo con la confianza de que es el vínculo más profundo con la Madre Tierra y con la Gran Madre que se manifiesta dentro del Universo
Una de las cosas más importantes que tenemos en esta vida es a nosotros mismos... y que poco nos ocupamos de ello. Cuidamos nuestro coche, cuidamos nuestra casa, cuidamos nuestra ropa, cuidamos nuestro aspecto, y sin embargo nuestro cuerpo pasa desapercibido. Ni lo vemos, ni lo escuchamos, ni lo valoramos, ni lo reconocemos. Tan solo nos acordamos de él cuando sus gritos silenciosos de atención llegan a nosotros a través del dolor o la enfermedad. Igual que cuidamos y atendemos las necesidades de nuestro auto porque nos da satisfacción y seguridad para llegar a nuestro destino, el cuerpo es el medio de transporte que utiliza nuestra alma para recorrer el camino de la vida. Si no le damos el alimento necesario y adecuado, acabará por deteriorarse, si no lo limpiamos y cuidamos con mimo y con amor, terminará por ajarse antes de tiempo, y entonces, solo entonces, nos daremos cuenta de la importancia de nuestro cuerpo. La mayoría de nosotros, cuando nos miramos al espejo no lo reconocemos con amor y agradecimiento, nos gustaría tener menos de aquí o más de allá, ser más guapos, más altos, más bajos... no valoramos el hermoso recipiente, el maravilloso milagro, que constituye ese entramado de órganos, piel, músculos, y huesos que contiene nuestra vida, que nos permite caminar, respirar, hablar, abrazar, observar... Nuestro cuerpo necesita de todo el amor que podamos ofrecerle para que pueda contener nuestra alma hasta el final de su experimentación aquí en la Tierra. Honrémoslo como si fuera el tesoro más preciado que tenemos, porque al fin y al cabo, es lo único cierto que poseemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario