Cuando Dios te quita aquello que tenías agarrado, Él no está castigándote, sino simplemente abriendo tus manos para recibir algo mejor
Hay momentos en la vida en que todo se regira y parece ponerse patas arriba, y tenemos la sensación, de que la red que teníamos bajo la cuerda que nos mantenía en equilibrio, desaparece. Lo primero que nos sucede es que nuestro instinto de supervivencia se activa y se pone alerta. El miedo, la preocupación, las noches en vela, la depresión, la angustia, el recelo... y mil sensaciones más vienen acompañando el vértigo que nos produce el terremoto que agita, en un momento determinado, nuestras vidas.
Nos sentimos indefensos ante la pérdida, sea de la clase que sea, cuando ésta nos sorprende con la guardia baja sin estar preparados, ni mental ni emocionalmente, para afrontarla. La vida es un continuo desprendimiento que nos facilita la renovación, inconscientemente lo hacemos día a día. Nos desprendemos de partículas de piel para renovarla y de los deshechos que nuestro cuerpo no necesita, de ideas y pensamientos que han sido sustituidos por otros nuevos más acordes con la persona en la que nos vamos convirtiendo en cada momento. Pero cuando éstas pérdidas se hacen conscientes en nuestro interior, sufrimos y nos asustamos. Estamos tan acostumbrados a parcelarlo todo que nos cuesta un mundo observar los sucesos en su conjunto, o darnos el margen de tiempo necesario para que todo se recoloque en su sitio.
Tal vez esa pérdida de trabajo que tanto nos angustia sea la liberación de una rutina que nos tenía atrapados y nuevas oportunidades se abren ante nosotros para que nuestra vida siga un rumbo diferente o más satisfactorio. Quizás esa relación que se rompe es la forma de recuperar la estabilidad perdida junto a una persona que no nos convenía. Si nos permitimos vivir las pérdidas como experiencias, viendo más allá de ellas, sin angustiarnos, seremos más capaces de ver las soluciones que se abren ante nosotros, las bifurcaciones de caminos alternativos por recorrer.
Todo lo que nos sucede en la vida está ahí para apoyarnos, tal vez no sepamos reconocerlo o aceptarlo, pero somos el guionista, director y actor de nuestra propia obra de teatro, somos los únicos que podemos reescribirnos día a día, aceptando las pérdidas, abriéndonos a nuevas oportunidades, teniendo paciencia para recibir los cambios, observando a nuestro alrededor con mirada nueva, permitiendo que las cosas sigan su curso y fluir con ellas, viviendo lo que nos sucede como retos y nuevas metas por alcanzar. No podemos ir contracorriente cuando las cosas suceden en nuestra vida, porque acabaremos ahogándonos.
Hemos de aprender a nadar en el mar de emociones que se desatan en la tormenta para ser capaces de ver los salvavidas que la vida pone a nuestra alcance, las cuerdas a las cuales podemos agarrarnos para salir a flote y los faros que iluminan los escollos y que nos señalan el camino, para que cuando lleguemos a la orilla, agotados y cansados, después de haber superado esos momentos de incertidumbre, seamos capaces de mirar atrás y darnos cuenta, de que las aguas embravecidas no eran tan bravas como parecían y que la corriente nos han llevado a una nueva tierra llena de posibilidades por descubrir.
ESO SERA SIEMPRE
ResponderEliminarGracias Mirian por compartir conmigo unos breves instantes de reflexión. Espero que no sea la última vez que podemos hacerlo juntas. Un abrazo.
ResponderEliminarA la hora que lo estoy viendo es porque no encuentro consuelo, y por pequeño que parezca creo q Dios me hizo toparme con esta pagina por que estoy llena de dolor y angustia por mi cabeza paso hacerme daño y agradezco q haya paginas como estas sin saberlo hay alguien por ahi q me salvo.
ResponderEliminarNo dudes en ponerte en contacto conmigo si lo necesitas. Un abrazo de luz.
EliminarDesde que empecé mi noviazgo con un muchacho que amo mucho lo puse en manos de Dios, oré para que Dios nos bendijera; ésta semana mi novio me ha dejado sin ninguna explicación. Me juraba amor eterno, el deseo que algún día fuéramos esposos y seguir juntos se le esfumó de un momento a otro. Estoy destruida, quiero morir de sólo pensar que está con otra o ya no me ama...Y que pasó? No lo sé...le he pedido a Dios que lo haga volver, he orado y nada, no veo nada...no entiendo la voluntad de Dios...
ResponderEliminarbueno quiere decir que no es la voluntad de Dios, tal vez Dios tiene alguien diferente para ti y no es la persona que piensas solo espera y ya veras la mano de Dios en tu vida
EliminarEsa persona no valia la pena por eso te dejo no llores ni sufras fue mejor ubira sido peor si ubiera un hijo de por medio alli si seria irremediable animo lo que no sirve a la basura
EliminarQuerida amiga, Dios ni quita ni da. Cada uno de nosotros estamos aquí para experimentar y sacar el mejor aprendizaje de todas las cosas que nos suceden.
ResponderEliminar¿No te has planteado que quizás deberías quererte un poco más y no querer morir por alguien que no te quiere?
Y ahí radica el problema. Querer implica posesión, amar es libertad. No se puede retener aquello que no nos pertenece, y afortunadamente, nadie nos pertenece, solo nos pertenecemos a nosotros mismos. Por eso tenemos el deber de amarnos y cuidarnos, y dejar ir a los demás cuando es necesario.
¿Qué sientas dolor porque la persona a la que amas no te corresponde? ciertamente es humano ¿qué estés triste? también. Pero deja fluir esas emociones y no las acapares porque la única que sufrirá serás tu misma.
Cuando sepas amarte a ti misma como te corresponde seguro que encontrarás a otra persona que sabrá ver en ti aquello que tu reflejas y podreís compartir vuestro camino. Eso sí, uno al lado del otro, no intentando arrastrar al otro por nuestro lado del camino, y si en algún momento nuestro camino conjunto se vifurca, pues despidámonos y alegremonos del trayecto compartido.
Un cálido abrazo de luz
Montse... estás por ahí? Necesito tu ayuda
EliminarHola lindo foro ahora solo entendiendo que como se dice dios te quita algo para darte algo mejor yo termine muchas veces con mi ex porque me enseñó amar de una manera muy profunda pero despues poco a poco me fue quitando las atenciobes y el amor me dijo que nos casariamos vivíamos ya juntos pero desde que lo conocí le hable de dios y lo llevaba a la iglesia los domingos y siempre decía gracias dios por darme este hermoso hombre y le decía que se aha tu voluntad yo aceptaré al final después de 2 años de la relación llego un amigo suyo y el cambio poco a poco drasticamente y la última vez que lo deje fue justo por eso porque no me sentía amada y nunca me dio mi lugar delante de su amigo al cual se notaba que no le caía bien el amadacepto rápido la ruptura de la relación y me dio que me tenia que ir de su casa porque iba vivir con su amigo yo me fui y desde ese día se transformó para mal le dije para regresar al inicio quiso después no pensé que me amaba como para luchar los dos por la relación pero no no me habla parece que me tiene cólera yo lo amo demasiado y estoy muy mal por me momentos quisiera morir pero acepta la voluntad de dios
ResponderEliminarAceptar que,... Que Dios se llevó a mi compañera, esposa la persona que más amaba que tan solo tenía 29 años y deja dos hijos pequeños solo por que hay que aceptar una voluntad por que así es.
ResponderEliminarAceptar es de estúpidos. Osea, como aceptas injusticias en tu vida:
ResponderEliminarMi ex me trató super mal de manera sicologica y emocional, la última vez me engañó con la prostituta con la que se quedó. Hasta el momento en el que me fuí, me di cuenta que ella es su reina, el amor de su vida y la trata obviamente mejor que a mí, pero, tendrán derecho de ser felices? Claro que no, porque ella sabía de mí relación con él y aunque le hablé a ella y hablé con él, ambos, por sobre mi dolor forjaron y asentaron ms esa relación que va como viento en popa...
Entonces, como puedes aceptar que hay algo divino de por medio, si ellos son unos criminales que bailan encima de un cadáver que dejaron tirado sin justicia, el cadáver es mi corazón y mi alma, me detruyeron y duele ver que ellos no reciben su castigo, y las cosas no son así..
Entonces, no tiene sentido.