Mi vida ha estado llena de preocupaciones. La mayoría por cosas que nunca sucedieron
Nos preocupamos tanto por las situaciones hipotéticas que pueden sucedernos en el futuro, que nos olvidamos de lo que realmente importa, vivir el momento presente. Elucubramos con lo que puede suceder, lo que pueden decir, como reaccionar... adelantamos acontecimientos que tan solo están en nuestra cabeza, alimentando con esa energía las posibilidades de que aquello mismo que no deseamos ocurra. Nos obcecamos tanto con lo que puede llegar a suceder que pasamos por alto lo verdaderamente importante, "ocuparnos" de la situación. La próxima vez que tengas un problema no te "pre-ocupes" obsérvalo con amor, analízalo con calma, y si la solución está en tu mano "ocúpate", y si no puedes hacer nada, olvídate, porque la situación se resolverá a su debido tiempo y a su manera, o tal vez, simplemente, no había nada por lo que preocuparse. Aprendamos de nuestras hermanas las mariposas, comienzan su vida arrastrándose por el suelo y nunca se preocupan del cómo, cuándo o porqué volarán, llegado el momento se ocupan de su crisálida y dejan que la metamorfosis tenga lugar.
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