¿Cuántas veces, en un momento de negación, no nos hemos preguntado cuál es la razón de que estemos aquí o que si no existiéramos nadie se daría cuenta? Nadie está aquí por casualidad, todos y cada uno de nosotros es una pieza importante del puzzle de la vida, porque nuestras vidas están entretejidas a las de los demás. Un abrazo, una sonrisa, una palabra de aliento, una mano en el hombro... y porqué no, una disputa o desavenencia que hacen reaccionar, son esas cosas sencillas que pueden hacer cambiar la vida a los demás sin que nosotros nos demos cuenta. Las casualidades no existen , pero sí la causalidad, y nosotros no somos una casualidad en la vida, sino la causa de que la vida exista. La próxima vez que pienses que no eres importante y que tu existencia no es relevante, párate a pensar por un instante cuantas sonrisas o palabras dichas en un momento dado han sido los detonantes de que alguien pudiera dar un paso hacia delante. Valórate y ámate porque eres especial y único, si estás aquí y ahora es porque el puzzle de tu vida todavía no ha concluido.
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