A veces cuando nos sentimos perdidos o desorientados no actuamos o nos comportamos de la mejor manera, nuestros miedos e inseguridades toman el mando. Podemos ofender o dañar cuando la rabia o el dolor dirigen nuestra vida. Es precisamente entonces cuando necesitamos más que nunca el amor y la comprensión de los demás para poder salir de ese pozo de miseria. Tal vez en esos oscuros momentos no sepamos darnos cuenta del hermoso regalo que nos ofrecen, pero lo que sí es seguro, es que esas manos extendidas con amor nos ayudarán a seguir hacia delante y sanar nuestro corazon.
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