Mi milagro es mi vida. Mi milagro son todas las vidas. Mi milagro es la vida después de la vida. Mi milagro es la vida de mis hijos. Mi milagro es que todos nosotros tenemos un milagro...somos un milagro
Nos pasamos la vida buscando milagros a nuestro alrededor que confirmen nuestras creencias o negando que los milagros no existen porque no hemos sido testigos de ninguno y así lo aseguran esas mismas creencias, cuando el mayor milagro reside en nosotros mismos. Creamos con nuestro pensamiento y damos forma con nuestras manos, poseemos infinidad de sentimientos que hacen que nos desplacemos por la vida experimentando, y sin embargo ninguno de ellos es visible a la vista ni tangible. Cada uno de nosotros es único e irrepetible. Tenemos el poder de amar y construir o de odiar y destruir. Derribamos muros con el fuerza de la palabra o los levantamos a fuerza de indiferencia. Somos hacedores del milagro más grande de la vida, porque la damos a través de nosotros mismos. Vemos, oímos, sentimos, degustamos, olemos, hablamos, reímos, lloramos, andamos, saltamos... y todo esto apoyados por órganos, músculos, nervios, tendones, fluidos... que trabajan al unísono para que podamos hacerlo sin nada externo a nosotros mismos que les de la orden para efectuarlo. Somos energía y vibración, y sin embargo eso tampoco es tangible a nuestras manos, otro milagro puesto en movimiento. Y continuamos buscando y buscando a nuestro alrededor algo que confirme que los milagros existen. ¡Qué mayor milagro que la vida misma para demostrarlo! La próxima vez que te hagas esta pregunta, mírate al espejo, observa tu imagen con detenimiento, siéntete mientras lo haces, escucha los latidos de tu corazón, céntrate en tu respiración y después de eso responde a la pregunta de si existen los milagros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario