lunes, 21 de marzo de 2011

Todos somos ángeles...

Todos somos ángeles pero con una sola ala, y sólo abrazándonos podremos volar

A la mayoría de nosotros nos cuesta reconocernos como los seres maravillosos que somos. Miramos a nuestra alrededor y todos parecen ser más altos, más guapos, más inteligentes, más simpáticos, más arriesgados, más afortunados... y un sinfín de brillantes distintivos que los hacen mucho mejores de lo somos nosotros. Sabemos ver las cualidades y la belleza en los demás, y por el contrario, no sabemos apreciar las que nosotros mismos poseemos. Cuando de improviso alguien nos pregunta algún calificativo que nos defina nos quedamos en blanco, nos cuesta encontrarlo, y cuando lo hacemos, con uno de ellos tenemos suficiente. No sabemos reconocernos tal y como somos porque nos cuesta mucho mirar en nuestro interior, observamos la fachada y somos críticos con ella, pero al menos somos capaces de esa observación, pero descubrir nuestra alma y descubrir lo que somos en realidad nos asusta. Creemos que haciéndolo solo vamos a encontrar aquellos calificativos que nos adjudicaron en nuestra infancia y que hemos intentamos guardar muy al fondo para que no salgan al exterior, porque somos cabezotas, irresponsables, egoístas, tontos, irritables, malos, desobedientes, gordos, flacuchos, antipáticos, pequeños, culpables... y muchas cosas más. Nos hemos anclado en esas "cualidades"  y las hemos hecho nuestras, así somos nosotros, porque en su día alguien nos dijo que eramos eso. También nos dijeron cosas hermosas, pero esas quedaron guardadas en saco roto y no sabemos encontrarlas cuando intentamos buscarlas para nosotros. Pero lo que estamos obviando es que si esas cualidades que vemos en los demás no estuvieran en nuestro interior seríamos incapaces de reconocerlas.
Debemos aprender a observarnos en el espejo, a mirar en nuestros ojos, a llegar a través de ellos a los ojos del alma, y desde allí, reconocernos, tal y como somos. Quizás descubramos que aquello que nos hemos empeñado en ser a través del tiempo no es una "cualidad" tan mala como nos pensábamos, y es precisamente ésa la que nos está ayudando a crecer día a día, y que aquellas otras que sólo veíamos en los demás, también residen en nuestro interior formando parte de lo que realmente somos. Debemos aprender a amarnos y respetarnos, a ser menos intolerantes e intransigentes con nosotros mismos, a apreciar nuestra belleza interior, todo nuestro potencial, todas nuestras cualidades, todos nuestros defectos porque ellos, de alguna manera, también están apoyándonos en nuestra evolución. Debemos reconocernos como la persona inigualable y maravillosa que somos, porque solo así podremos descubrir al ángel que todos llevamos dentro. Es tiempo ya de que despleguemos con orgullo y alegría nuestras dos alas, que agitemos una de ellas con fuerza al viento, y abrazándonos con la otra, comencemos a volar.

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