jueves, 24 de marzo de 2011

Solo hay dos legados que...

Sólo hay dos legados que podemos pasar a nuestros hijos. Uno son las raíces, el otro las alas

Cuánto nos cuesta comprender que nuestros hijos no son de nuestra propiedad, que tan solo nos los cedieron durante un tiempo para que aprendieran a gatear, porque a andar han de aprender ellos solos. El mayor error que cometemos como padres es intentar allanar el camino de nuestros hijos para que no tropiecen y se lastimen, sin darnos cuenta que son nuestras propias heridas y raspaduras las que nos dieron la experiencia de ver las cosas más allá de la realidad.
Intentamos, en demasiadas ocasiones a fuerza de discusión, que recorran los mismos caminos que nosotros transitamos o que se dirijan al lugar que en su momento no pudimos alcanzar. No acabamos de comprender que hemos de dar la mano durante un tiempo para después soltarla y dejar que construyan sus propias alas. Nuestros hijos tienen su propia vivencia de vida, son los protagonistas del drama o la comedia que representan en su propia obra, y nosotros tan solo los actores secundarios que facilitan que ésta se desarrolle. Todos hemos sido hijos, hemos recorrido ese camino, tropezado, caído, errado, triunfado, fracasado, llorado, reído, sufrido, amado, odiado, comprendido, divagado... Hemos tenido que luchar para salir adelante sin las alas protectoras de nuestros padres, y hemos salido victoriosos de ese reto, mejor o peor, pero lo hemos conseguido y nos sentimos satisfechos de haberlo logrado, y sin embargo cuando llegamos al otro lado del puente y nos convertimos en padres nos cuesta la vida permitir que nuestros hijos alcancen esos mismos logros.
Nadie aprende por experiencia de otros, esta se adquiere a base de tropezar, caer y levantarse, y ellos son tan merecedores de obtener esa experiencia como lo fuimos nosotros. Lo más difícil de ser padres es ser el espectador de la vida de nuestros hijos, ayudar a desarrollar su actuación, compartir sus miedos y dudas en el proceso de ensayo, colaborar en el montaje del escenario, aplaudir y llorar desde el patio de butacas, permanecer expectantes el siguiente acto, acompañar el éxito y dar ánimos en el fracaso, colaborar en la construcción de nuevos guiones, y permitirles partir y abrazarlos cuando comienzan su gira alrededor del mundo. Es, en ese preciso instante, en el que debemos confiar más que nunca en las raíces que les hemos regalamos y que les harán fuertes para sortear las tempestades de la vida, y en las alas que hemos ayudado a desplegar para que regresen con amor a nuestro lado cuando estén preparados para hacerlo.

1 comentario:

  1. Buenos días estoy buscando el significado de la flor de California
    Quaking grass y no la he podido encontrar
    Me encanta como explicás en detalle cada flor
    Aguardo respuesta y muchas gracias

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