viernes, 4 de marzo de 2011

A veces nuestra luz se proyecta...

"A veces nuestra luz se proyecta, pero solo se enciende gracias a otro ser humano. Cada uno de nosotros está en deuda con quienes han reavivado esa luz"


Aunque nacemos solos en este planeta para aprender nuestras propias lecciones ¿qué sería de nosotros si permaneciéramos siempre así, aislados de los demás?. Pues que esas lecciones jamás serían aprendidas porque no las habríamos podido experimentar. Necesitamos a los demás, necesitamos interactuar con ellos para poder experimentar emociones y sentimientos que son los que ayudarán a nuestra alma a crecer y evolucionar. Todos aquellos con los que nos cruzamos a lo largo de nuestra vida, sean encuentros fugaces o duraderos, maravillosos o cargados de dolor, son los que nos aportan la sabiduría necesaria para poder iluminar nuestra mente y nuestro corazón. Doy gracias a Dios por todas las personas que han formado, forman y formarán parte de mi vida, porque sin ellos yo no sería la persona que he sido, que soy y que seré, sin ellos mi aprendizaje habría estado vacuo y carente de sentido. Ellos han sido el faro y la luz que me han guiado a lo largo de mi vida, y para ellos ahí va parte de mi oración diaria: "Gracias Padre por todas las personas que pones en mi camino para que crezca y evolucione. Gracias a mi familia, a mis amigos, a mis vecinos, a mis compañeros, a mis conocidos y a todos aquellos que se cruzan fugazmente en mi camino. Gracias a todos". Todo mi amor sea para vosotros compañeros de camino y hermanos del alma.

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